
Agua y pigmentos, flamenco y movimiento. Manchas de colores que resbalan sobre el papel o el lienzo se deslizan a su antojo, juegan y danzan sobre el soporte horizontal inventando y creando pequeños universos mágicos. Mundos intensos en los que el color prima y las texturas regalan volúmenes multiformes. Este diálogo despreocupado de la materia culmina ofreciendo imágenes siempre originales y únicas, vivas y a la vez sutiles, libres de rigideces. Flamenco y movimiento, trajes, colores, pasión, sentimiento.